Educación
Tras cursar el primer año en el liceo Sint Odulphus, de Tilburgo, Nooteboom ingresa en un colegio interno católico: el Gymnasium Immaculatae Conceptionis de los padres franciscanos de la localidad de Venray. Allí permanecerá dos años. Luego se muda con su madre a Hilversum, donde cursa el cuarto año del liceo católico local. A continuación, su padrastro vuelve a enviarle a un colegio de frailes: el Augustinianum de Eindhoven. Nooteboom atribuirá a su paso por esas escuelas de religiosos su amor manifiesto por la lectura y su gran afición por el estudio, que le caracteriza aún hoy. «No puedo imaginarme mi vida sin el latín y el griego; habría sido otra persona.»












